La declaración ha sido aprobada como suplemento de la ley agraria y ha sido acogida de inmediato con señales de júbilo por la asociación de productores de foie-gras. “Es lo que deseábamos: un reconocimiento del procedimiento de embuchamiento y un reconocimiento de nuestras tradiciones”, ha dicho el director de la asociación Philippe Baron. El embuchamiendo de las aves, que provoca en los animales la formación del hígado graso para su posterior transformación en una exquisitez, es criticado por las asociaciones protectoras de animales.

Baron, director de la asociación, ha insistido en que “el hígado graso de un palmípedo embuchado no es patológico”. El foie-gras es más bien un ejemplo clásico del bien cultural francés y del “modelo de alimentación” nacional. Los diputados de la Asamblea Nacional pidieron la defensa del foie-gras como “acervo cultural, culinario y social”, en el que “el bienestar de los animales debe ser respetado objetiva y económicamente”.

El foie-gras francés no es sólo un bien cultural, sino también un éxito de exportación con un excedente comercial de 35 millones de euros en el año 2004. España es el comprador principal con 801 toneladas anuales, Alemania se sitúa en el quinto puesto con una importación de 121 toneladas. Sólo unos pocos países producen foie-gras. El 90 por ciento viene de Francia. Hungría, Bulgaria e Israel producen cantidades considerables. En Francia hay alrededor de 15.000 productores de foie-gras; el número de puestos de trabajo que dependen directamente del negocio del foie-gras está cifrado en 30.000 por la asociación del ramo.