El vino hoy en día tiene un valor fundamental en la restauración (salvo en los establecimientos de ciertas religiones y etnias, en donde el consumo de alcohol esta prohibido o mal visto). Nadie entiende un disfrute gastronómico sin que este vaya acompañado de un gran vino que armonice y respete cada uno de los platos que disfrutamos. Con ello se llega al sumun de la gastronomía, el placer extremo, el convertir una obligación para poder sobrevivir en un placer de dioses.

El saber elegir un vino se ha convertido en algo tan importante como el elegir un buen plato. Por lo que hay que cuidar mucho este producto en un restaurante que además nos permite unos ingresos extras de manera rápida y fácil, si somos capaces de llevar un buen control y conocimiento de nuestra bodega, como lo hacemos habitualmente con los géneros perecederos.
No debemos dejar este tema en manos de los visitadores de bodegas que se nos acercan cada día, ni en manos de algún cliente que suponemos que controla del tema. Debemos pensar como empresarios que tenemos que manejar una parte importante de nuestro negocio dando al vino la importancia que se merece en nuestro establecimiento. Los clientes cada vez exigen más de todo y el tema del vino en el restaurante en muchas ocasiones, se tiene un poco olvidado. Hay que ponerse al día e ir al ritmo de nuestros clientes.

El vino actualmente esta de moda y nuestros clientes cada día están más interesados por el. En algunos casos nos exigen ciertos vinos y en otros reprochan nuestra carta, sin hablar de la polémica sobre el precio que tienen los vinos en algunas de nuestras cartas, temas que iremos desarrollando poco a poco.

Por todo ello hoy es básico que los profesionales de la hostelería posean unos conocimientos mínimos sobre el vino y que sobretodo sean capaces de disponer de una buena carta de vinos, con unas buenas compras, rotaciones adecuadas, control de los vinos. Todo ello nos llevara a dar un mejor servicio a nuestros clientes a la vez que aumentara nuestros beneficios.

El tema del vino, se ha mitificado y se nos ha hecho creer que es muy difícil. Pero no es cierto: cualquiera de nosotros puede con unas nociones básicas y fáciles defenderse muy bien. Con esto no quiero decir que de un día para otro se convierta en un experto; pero si que puede gestionar bien su establecimiento en este tema, para ello hay que querer, hay que estudiar. En poco tiempo uno se da cuenta de que no es tan difícil como creíamos, que es factible, aunque es complejo: con muchas variaciones zonas, variedades de uva, añadas. Pero NO ES DIFICIL desarrollar una buena pero corta carta de vinos con vinos actualizados, con pocos inmovilizados para conseguir un mayor disfrute de nuestros clientes y un mayor beneficio.

Por ello animo a todos los compañeros de la hostelería a seguirnos por este recorrido del mundo del vino, a que no tengan ningún miedo a un tema que siempre nos lo han puesto muy difícil, pero que en realidad no exige otra cosa que interés y sensibilidad.

Jesús A. Yraola