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  25/03/2009
"Borrachera" cultural en la tierra del Barolo

Algunos expertos consideran que el Barolo, que se cultiva en las tierras de Piamonte es uno de los mejores vinos del mundo. Pero no hace falta tomar ni una copa para darse una auténtica "borrachera" de arte en esta región del norte de Italia, que fue sede de los Saboya durante siglos y alberga decenas de museos y monumentos.

ENRIQUE SANCHO

Residencias saboyanas, museos cívicos y estatales, museos etnográficos, ecomuseos y fortalezas son parte de la amplia oferta cultural de Piamonte. Una propuesta que comprende la arqueología, el arte contemporáneo, las ciencias naturales, el cine, la artes decorativas o la antropología. Para conocer este patrimonio cultural hay que partir de Turín, ciudad en la que existen más de ciento treinta museos, entre los que destaca el Museo Egizio, de importancia sólo inferior al del Cairo.

"La carretera para Menfis y Tebas pasa por Turín" escribía Jean-Francois Champollion, egiptólogo francés de renombre internacional que fue el primer europeo en descifrar el lenguaje de los jeroglíficos. Una afirmación que se remonta a 1825 cuando el padre de la egiptología llegó a Turín para estudiar el fondo del Museo Egipcio, en particular los fragmentos del Papiro de Turín que contiene la lista de los nombres de los faraones redactada durante XVII dinastía. El museo, que guarda la más importante colección del mundo después de la de El Cairo, fue fundado por Carlo Felice en 1824 con la adquisición del fondo del cónsul arqueólogo Bernardino Drovetti cuyo símbolo es la estatua del faraón Ramés II.

La colección se amplió a lo largo de los años con los restos de nuevas excavaciones y con la adquisición del fondo de Ernesto Schiaparelli. Hoy el museo consta de unas 30.000 piezas -de las que sólo se expone una parte- que documentan la historia y la civilización egipcias del Paleolítico a la época copta, y guarda piezas únicas y colecciones de objetos de arte, de uso diario y funerario como la Mesa Isiaca, la tela pintada de Gebelein, la tumba intacta de Kha y Merit o el excepcional templo rupestre de Ellesjia. Con ocasión de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006, se ha realizado una instalación muy sugestiva de la sala de las estatuas, tenuemente iluminada y con juegos de espejos, por parte del escenógrafo Dante Ferretti.

El museo del cine
También en Turín, el Museo Nazionale del Cinema, único en su género, tiene su sede en la Mole Antonelliana, símbolo de la ciudad. Sus colecciones incluyen curiosos y valiosos objetos de la prehistoria del cine y un abundante archivo fotográfico, así como aparatos, accesorios y carteles, material de escena y grabaciones sonoras. El corazón del museo es la espectacular Aula del Templio, una bóveda de campana de 63 metros de altura cortada por un ascensor de cristal que lleva a los visitantes hasta la aguja a unos 160 metros de altura. Alrededor del Aula, donde los visitantes pueden asistir a la proyección de dos breves películas cómodamente tendidos sobre unas chaises longues, diez "capillas" se dedican al culto del cine, mostrando entre otras cosas: Cabiria y el cine mudo turinés, el surrealismo, los géneros populares, la vanguardia... A intervalos regulares las proyecciones se interrumpen y la cúpula se anima gracias a una extraordinaria realización multimedia de la bóveda celeste.

En el centro de la ciudad, en Piazza Castello se puede visitar el Palazzo Reale y admirar sus lujosas estancias, testigos de la evolución del gusto de los Saboya. Majestuosa construcción del siglo XVII, residencia de los Duques de Saboya, de los Reyes de Italia hasta 1865, constituye el centro tanto desde el punto de vista urbanístico como histórico, arquitectónico y artístico de la ciudad. Remodelado varias veces, guarda las huellas de las intervenciones de los artistas más significativos que han trabajado en Turín durante tres siglos.

Muebles preciosos, techos de madera taraceada y boiseries caracterizan los salones. Imponente es el Salón de los Suizos con los frescos que cuentan las historias genealógicas de los Saboya o la Galería de Daniel que celebra en su bóveda al rey Vittorio Amedeo II. Combinaciones entre barroco, rococó y neoclásico, el Palacio Real se amplía incluso durante el siglo XVIII. Tras el edifico, en la parte interior, se abre el jardín real, proyectado por André Le Nôtre, el más importante arquitecto de jardines de Seiscientos, que también trabajó para el rey Sol. Hoy, el Palacio Real permite contemplar una de las más majestuosas mansiones reales de Europa.

Por todo el territorio
En el resto del territorio piamontés se pueden visitar también museos y colecciones: desde las más tradicionales, ligadas a la pintura y a la historia, hasta los ecomuseos, instituidos para "reconstruir, testimoniar y valorizar la memoria histórica, la vida, la cultura material, las relaciones entre ambiente natural y artificial, las tradiciones, las actividades y la forma en que el asentamiento tradicional ha caracterizado la formación y la evolución del paisaje".

Otra riqueza de la provincia piamontesa son las Residenze Reali, que constituyen un circuito de extraordinario valor histórico y artístico, hasta el de que en 1997 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad. Las Residenze, construidas entre los siglos XVI y XVII, se cuentan entre los mayores atractivos de Piamonte y componen el principal testimonio de la historia de esta región.

La Palazzina di Caccia de Stupinigi, proyectada por Filippo Juvarra, tiene una original planta con cuatro brazos, dispuestos en cruz de San Andrés, que se unen en un fastuoso salón elíptico. Alberga, en sus espléndidas salas con frescos, el del Arte y del Mueble; el castillo de Racconigi, uno de los mejor conservados ya que ha estado habitado durante cuatro siglos, reúne dos momentos de la vida de los reinantes: la oficial con bailes, fiestas y recepciones y la privada más familiar; y el palacio de Venaria Reale, que fue proyectado en 1658 por Amedeo di Castellamonte y dedicado a Diana, la diosa de la caza. Importantes contribuciones de Filippo Juvarra como la Galeria de Diana, las caballerizas o la capilla de San Uberto contribuyeron a darle el apelativo de "Versalles" turinés.

Más información:
http://www.regione.piemonte.it
http://www.piemontefeel.org/



 
 
 
     
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