Por: Elena Solinís

Son muchas -cada vez más- las presentaciones de productos gastronómicos y vinos que acontecen, y pocas las que realmente merecen la pena. Este es el caso de las Bodegas La Emperatriz, un importante referente a tener en cuenta por los amantes del vino, que esta elaborando caldos potentes e intensos, como los que nos presentó en el Hotel Villa Real.

Comenzamos la cata con un vino blanco joven, variedad Viura 100%, fermentado en barrica mixta 2005, con toques de anises y muy agradable en boca. Continuamos con un Crianza 2003, Tempranillo 90%, Garnacha 5%, Mazuelo 2,5% y Viura 2,5%, al que le sigue su versión 2004 (muestra barrica), mucho más afrutado y menos astringente. El cuarto vino es un Reserva 2001 Tempranillo 90%, Graciano 6%, Garnacha 2% y Viura 2%, con ciertos toques de acidez y tonos teja, al que le sigue el Terruño 2005 100% Tempranillo, mucho más selecto e intenso, de cuerpo medio. Para terminar, Finca La Emperatriz Nº 1 2005 (muestra barrica), 100% Tempranillo, muy rico, intenso, afrutado, cereza, sin duda la gama alta de la bodega, y Finca La Emperatriz Garnacha Cepas Viejas 2005, embotellado en septiembre de 2006, también de la gama, alta pero menos intenso que el Tempranillo.

Tras la cata disfrutamos de un excepcional almuerzo elaborado por el equipo del Hotel Villa Real bajo la acertada supervisión de Francisco Patón, compuesto por diecinueve “delicias en miniatura”, como el Ceviche de Mero con Guacamole y Pasta Crujiente, la Sobrasada de Miel o las Croquetas de Boletus, y un menú perfecto para acompañar los vinos de la cata, con una insuperable Crema de Patatas al Sarmiento con Ikura y Huevo Poche para el blanco, un Risotto de Setas y Trufa Blanca para el Crianza 2003 o el Reserva 2001, y Secreto de Ibérico con Migas de Maíz y Esponja, para el Terruño 2005 o el Viñas Viejas 2005. Para terminar, un delicioso Flan de Chocolate Negro, con el que -para mi- ha sido el protagonista de la jornada, el Nº 1 2005 100% Tempranillo.

Par los que quieran saber más, Bodegas La Emperatriz está situada en el mejor enclave de la Rioja Alta, tierra madre de las mejores uvas del mundo. Bautizada en honor a la Emperatriz Eugenia de Montijo, a quien perteneció, respeta su noble pasado combinando sabiamente el legado de su linaje con un presente comprometido con la investigación, para elaborar vinos que sigan consolidando en el futuro su calidad y prestigio. Sus viñedos se asientan principalmente en suelos franco-arenosos protegidos por cantos rodados, y las vides han sido meticulosamente distribuidas en parcelas trabajadas bajo la premisa de una viticultura ecológicamente sensible.

Una bodega en la defienden vivir con intensidad la pasión por la tierra y la vid, para lograr añadas que expresen la fuerza de su marca. Y lo han conseguido, a pesar de los desafíos.