|
26/09/2007
Los vinos del Bierzo triunfan en Estados Unidos
Cada día que pasa, los vinos bercianos — tintos de altura a base de uva Mencía— suben un escalón y afianzan más su posición de privilegio en los Estados Unidos, un mercado que, guste o no, es el de referencia mundial en lo que a vino de calidad se refiere. Prueba de ello son los artículos recientemente publicados al respecto en Wine Review Online y en el diario ABC, en los que se describe al Bierzo no ya en términos de buenas expectativas sino como una realidad consolidada y en excelente progresión. Bierzo: el próximo Priorato, solo que mejor Con este título tan rotundo encabeza Michael Apstein su artículo en ‘Wine Review Online’ del pasado 28 de agosto. Tras una reciente visita a la comarca leonesa, Apstein está convencido de que El Bierzo será en breve una de las regiones vinícolas más destacadas de España. Afirma que “el paisaje, el trabajo centrado en las variedades autóctonas y las personalidades de la gente implicada me han convencido de que el todavía discreto Bierzo está destinado a un gran éxito”. Para el crítico americano resulta “casi inevitable la comparación entre Bierzo y Priorato”, región ésta última que también ha salido hace relativamente poco del anonimato. Apstein reconoce —siempre desde el punto de vista del mundo del vino en Estados Unidos— que citar en la misma frase las palabras Bierzo y Priorato puede dar lugar a expresiones de perplejidad o de escepticismo, pero, como deja claro en su titular, está convencido de que los vinos bercianos pueden ponerse por delante de los de la comarca catalana: “Perder el sentido del lugar es una pena. Los vinos del Bierzo tienen claramente ese sentido, y el lugar se va a hacer muy famoso no tardando mucho. Recuerden mis palabras”, afirma rotundo. El secreto es la Mencía Apstein no duda al afirmar que la clave está en la uva Mencía, la variedad principal en El Bierzo, que proporciona “una increíble complejidad a niveles alcohólicos más bajos que los habituales en los vinos del Priorato”. Aunque sus opiniones puedan ser o no compartidas, lo cierto es que el articulista ha hecho un buen trabajo de documentación, empapándose a fondo de las realidades del vino berciano. Por ejemplo, afirma que aunque el ADN de la uva Mencía no se ha mapeado por completo, sí es seguro que no está emparentada con la Cabernet Franc, a pesar de lo mucho que se ha especulado al respecto. Aunque el origen de la casta berciana por excelencia no esté claro, lo cierto es que lleva allí mucho tiempo, como demuestra el hecho de que se puedan identificar hasta nueve clones de la variedad en un viñedo de apenas media hectárea. La Mencía se cultiva poco fuera del Bierzo, y al contrario que las Garnachas y Cariñenas del Priorato, da lugar a excelentes vinos por sí sola. Apstein opina que “incluso llega a perder buena parte de su carácter en ensamblajes con Cabernet Sauvignon o Merlot”. Muchas y pequeñas parcelas La denominación de Origen Bierzo data de 1989. En el año 2000 había apenas una veintena de bodegas en la zona, pero hoy ya hay más de cincuenta. Y según el Consejo Regulador, otras diez proyectan su apertura en los próximos dos años. Existen unas 2.000 hectáreas de viñedo y unos 4.200 viticultores, lo que da una media de algo menos de dos hectáreas por agricultor. Esta fragmentación del territorio —la tradición de la región ‘exige’ dividir cada uno de los predios entre todos los herederos, y está mal visto vender las tierras porque es señal de serios apuros económicos— tiene varias consecuencias. En primer lugar, la gran importancia que han tenido las cooperativas, que durante años permitieron la viabilidad económica de los viñedos de cepas viejas, evitando su arranque o abandono. En segundo lugar, la escasez de grandes bodegas en el sentido de ‘muchas hectáreas de viñedo’. Lo normal es que los bodegueros lleven a cabo complejos programas de viticultura, pues se ven obligados a trabajar con numerosas parcelas de entre 0,5 y 1,5 hectáreas, a menudo bastante distanciadas entre sí. Conseguir una mancha continua de viñedo de un tamaño razonable supondría la descabellada labor de negociar con 30 o 40 propietarios (muchos de los cuales ni siquiera viven en la zona) durante varios años. Renacimiento El Bierzo comenzó una nueva vida cuando Álvaro Palacios recaló allí en 1999. Palacios —uno de los ‘Cinco del Priorato’, considerado como uno de los creadores de vinos más destacados del país— fundó en la comarca berciana la bodega ‘Descendientes de J. Palacios’. Apstein reconoce la importancia de una personalidad como la de Palacios, pero afirma que El Bierzo no se queda ahí, y que hay otros nombres importantes —como, por ejemplo, Dominio de Tares— que no le van a la zaga. Lo cierto es que los grandes elaboradores bercianos se centran, a día de hoy, en la exportación. Los consumidores españoles —“qué equivocados están”, escribe Apstein— aún no han descubierto la calidad que se atesora en los vinos del Bierzo. Sin embargo, el, periodista estadounidense advierte de algunos peligros: “Como sucede en estos tiempos con cualquier región vinícola ‘redescubierta’, los creadores de vinos deben resistir la tentación de sobre-extraer las uvas, de enfatizar la elaboración y de enmascarar el vino a base de madera. Es difícil mostrar comedimiento en la actualidad, cuando las modas del vino favorecen la fuerza y el músculo. Pero puesto que la Mencía muestra mucho carácter con menores niveles de alcohol, para las bodegas del Bierzo debería ser teóricamente más fácil adaptar las técnicas de elaboración a lo que las uvas realmente pueden ofrecer”. Para Apstein “los tintos bercianos —sin olvidar que también hay algunos fantásticos blancos a base de Godello— van desde ligeros y afrutados hasta profundos y concentrados, todos ellos, incluso los jóvenes, con una complejidad fuera de lo común”. Esto se debe, en parte, a la diversidad de microclimas en los diferentes viñedos. Apstein continúa escribiendo que “Al contrario que sucede con la monótona ‘licorella’ del Priorato, en El Bierzo se da una cierta variedad de suelos. Los vinos del lado ‘afrutados y ligeros’ enganchan por su baja carga tánica y por sus matices no solo frutales. En el extremo más rico y complejo, los grandes vinos bercianos son sedosos y muy equilibrados, con un claro y atractivo carácter térreo y mineral. Y, muy importante, son capaces de combinar perfectamente mesura y expresividad”. [Michael Apstein es colaborador asiduo de ‘Wine Review Online’ y del diario ‘San Francisco Chronicle’. Dedicado a la crítica vinícola desde hace más de 20 años, escribe también para numerosas revistas estadounidenses, ha obtenido el Premio James Beard para escritores del mundo del vino y es miembro habitual de los jurados de varios concursos nacionales e internacionales ‘Wine Review Online’ es una plataforma digital que da cabida a las plumas de los periodistas vitivinícolas más destacados de EE.UU., que opinan y aconsejan sobre vinos procedentes de todo el mundo. Se trata de una idea original de los críticos Robert Whitley y Michael Franz que se asienta en tres premisas: información, formación y entretenimiento para sus lectores. www.winereviewonline.com]
Nota de Prensa
|
|