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17/04/2006
Refresco con mensaje
Alter Cola es la otra (coca) Cola. Un refresco con mensaje político. Para los inconformistas del movimiento “alter” globalización, para los que se oponen a la americanización y el fastfood, para los que quieren contrarrestar el boicot de productos catalanes durante la negociación del nuevo Estatut Catalán o para los que simplemente prefieren lo local a lo de fuera. La Alter Cola se comercializa por un empresario catalán y aunque se fabrique en Perpignan, al sur de Francia, se promociona como la Cola Catalana, Cola Libre. Ramón Carner, dueño del restaurante Aptas Food y la Rotisseria Ramón de Sant Feliu de Codines (Barcelona), tuvo la idea de la Alter Cola en un encuentro europeo de pequeños empresarios donde vio con sorpresa que países como Francia y Alemania ya tenían su alternativa local al gigante norteamericano. “Cataluña no va a ser menos” se dijo y contactó con el productor de la bebida al sur de Francia que, para que negarlo, es hijo de catalanes. El producto lleva algo más de tres meses en el mercado y ya ha vendido 15.000 botellas. La Alter Cola está hecha con ingredientes tan clásicos como la gaseosa, el ácido cítrico, la cafeína, el caramelo y la esencia de cola, pero tiene este “plus de nacionalismo” que hace funcionar el negocio. Y a Carner no le tiembla el pulso cuando dice que la Alter Cola es la que más se parece a la Coca Cola y además: “nadie conoce mejor los gustos de los catalanes que la gente de aquí, y en Cataluña existen empresas competitivas que se atreven a hacer productos artesanos de locales y de más calidad”. De momento, la bebida se vende en botellas de plástico de 1 litro por 1,90 Euros, en botellas de cristal de 0,75 litros con tapón hermético y en envases de 0,33 litros para bares y restaurantes. A parte de poder consumirla en restaurantes, la Alter Cola consigue en tiendas de delicatessen, charcuterías y mercados. Para el día de Sant Jordi (23 de abril), Carner quiere lanzar una promoción especial para “colar” su producto entre el libro y la rosa. Y por si la comercialización de la bebida catalana y libre por si sola no convence, el empresario regala un metro de bandera catalana para las tiendas que lo pongan en el mostrador.
Redacción
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